"Autorretrato con bastón" Óleo sobre tela 100 x 73 cm / 2013 Colección Particular
De porte medio Irlandés debido a la gorra y a mi actual chaqueta gris, mi último autorretrato. Lo intento esta vez con gafas y el tiento en la mano. Pero no cogiendo el tiento como tal para su uso, sino como si de un bastón se tratara: despreocupadamente, sin prestarle atención. Aunque alguno hice con utensilios de pintor, la paleta y los pinceles resultan demasiado recurrentes en este tipo de cuadros. Con el bastón en la mano, sin filigranas, austero como siempre: concentrar la atención en lo esencial, sin distracciones. Para mí esto resume algunas de las virtudes del autorretrato y la práctica de este genero.
Con la experiencia de este último autorretrato, uno se queda con ganas de más. No descarto otra versión o variante, simplemente por satisfacer esa exigencia. Como decía George Bernard Shaw, “Los espejos se emplean para verse la cara; el arte para verse el alma“. El ejercicio de retratarse evidencia el paso del tiempo, los años de cuyo influjo nadie escapa. Para mostrarnos lo que somos y lo queda de nosotros. Pero hay, además, otra forma de analizar el autorretrato, como proponía Pablo Picasso: “La calidad de un pintor depende de la cantidad de pasado que lleve consigo”. Resultaría interesante conocer el contexto real del autor, porque hasta el más tonto llega a tener un pasado, un bagaje, si consigue hacerse suficientemente viejo. Un pasado y algo más, he de suponer: experiencia, ganas de trabajar, y pocos prejuicios de modernidad o actualidad… Por lo tanto, como aseguraba Wilhelm Friedrich Hegel, “La obra de arte es un medio gracias al cual el hombre exterioriza lo que es“. Además de lo que somos, lo que hacemos y lo que no hacemos.
Auguste Renoir lo expresa de otra manera.: “El problema es que si un artista sabe que es un genio no trabaja. La única solución es trabajar como un trabajador y no tener delirios de grandeza”. Es lúcido y cierto. Los delirios de grandeza, divismos, endiosamientos y prisas desesperadas son los peores defectos, los que conducen a los mayores desequilibrios.