Retrato de Joaquina en un óleo sobre tela de 55 x 46 cm. Pintor Alejandro Cabeza 2001
Esta obra es una nueva versión del retrato de Joaquina, realizada en 2001. Aunque respeta la misma posición que la otra, en esta ocasión la atmósfera es ligeramente más fría, lo que le otorga un matiz diferente, quizás más introspectiva. El resultado final fue muy satisfactorio, pero el proceso no estuvo exento de dificultades. Cada trazo implicó la resolución de problemas técnicos y artísticos que hicieron un retrato complicado para encontrar el dibujo preciso con la soltura adecuada, todo en un conjunto armonioso. La dificultad aumenta aun más cuando se realiza de personas que ya no están con nosotros, donde hay que echar mano de la memoria y el recuerdo.
Cada uno de los retratos que realizo es más que una simple imagen: representan un propósito, una propuesta y, sobre todo, una ilusión. Con el tiempo, esa ilusión se convierte en un compromiso, no solo con la obra en sí, sino con la idea que la sustenta. Es un compromiso consciente, una entrega plena a la exploración artística, a la búsqueda de significado y expresión.
A lo largo de los años, en distintas etapas de mi vida, incluso en los momentos más difíciles, esta pasión ha permanecido intacta. La pintura sigue siendo ese espacio donde encuentro mi voluntad y mi verdad, donde reafirmo aquello en lo que siempre he creído. Para mí, pintar no es solo un acto creativo, sino una forma de sentir, de entender y de vivir el arte.