Retrato de Valenciana, Retratistas Españoles, Pintor Valenciano, Pintor Retratista, Alejandro Cabeza, Retratista actual, Libros de Alejandro Cabeza, Retratista español, Pintores Valencianos, Pintor Alejandro Cabeza, Rosa Chacel, Anselmo Miguel Nieto, Salomé Guadalupe Ingelmo, Joaquín Sorolla, Ignacio Pinazo, Fernando Álvarez Sotomayor, Enrique Segura Iglesias,Revello de ToroRetrato de León felipe, Retratistas Españoles,Pintor Valenciano, Alejandro Cabeza, Retratista actual, La real Academia Española, León felipe, Retratista español, Pintores Valencianos, Anselmo Miguel Nieto, Salomé Guadalupe Ingelmo, Alberto de Cuenca, Retratos de León felipe Retrato en el Salón, Pintor Retratista, Alejandro Cabeza, Pintor Valenciano, Retratista español, Retratista Valenciano,Pintor Alejandro Cabeza, Retratistas españoles actuales, Retratista, Pintores españoles, Salomé Guadalupe Ingelmo, Alberto de Cuenca, Anselmo Miguel NietoRetrato de Salomé Guadalupe, Salomé Guadalupe Ingelmo, Pintor Valenciano, Pintor Retratista, Alejandro Cabeza, Retratista Actual, Retratista español, Pintores Valencianos, Libros de Alejandro Cabeza, Francisco Agramunt, Anselmo Miguel Nieto, Museo Pérez Comendador, Retratos de Federico García Lorca, Alberto de Cuenca, Antonio Calvo RoyEmeterio Cuadrado Díaz, Retratos de Alejandro Cabeza, Pintor Valenciano, Pintor Retratista, Alejandro Cabeza, Antropólogo Luis de Hoyos Sainz, Geógrafo Luis de Hoyos Sainz, Luis de Hoyos Sainz, Cultura tradicional, Real Academia de Ciencias Exactas, Ateneo de Madrid, Museo Nacional de Ciencias Naturales, Casino de Madrid, Museo del Traje, Museo Nacional de Antropología, Jose Royo Gomez, Maximiliano Macias Lianez, Ignacio Bolivar y Urrutia, Luis de Hoyos Sainz, Retrato de Emeterio Cuadrado Díaz, Marcelino Sanz de Sautuola, Juan Larrea Celayeta, Museo Arqueológico Regional, Elena Carrión Santafé, Enrique Baquedano Pérez, Anselmo Miguel Nieto


Azorín

Pintor Alejandro Cabeza, Retrato de Azorín, Escritor Alicantino, Pintor retratista, Alejandro Cabeza, Pintura Valenciana, Retratos de Alejandro Cabeza, Libros de Alejandro Cabeza, Salomé Guadalupe Ingelmo, Azorín, Museo Azorín, Alejandro Cabeza Pintor, Retratos de Azorín, Director de la Casa Museo Azorín, José Augusto Trinidad Martínez, Retratistas españoles actuales, Retratistas actuales, Retratistas españoles, Revello de Toro, Anselmo Miguel Nieto
Retrato de Azorín / Óleo sobre tela  50 x 40 cm  /  Pintor Alejandro Cabeza 2014 /  
Prohibida la reproducción total o parcial


Como si se tratara de uno de esos retratos del siglo XVI: cráneo definido, esculpido por un acentuado claro oscuro. Azorín es personaje de mirada penetrante e inquisitiva, misteriosa como la de la Esfinge, atemporal. Unos rasgos que evocan un pasado aún más lejano del que él mismo habitó. Como si contemplásemos al mismísimo Góngora de Velázquez. Las cuencas de sus ojos, hundidas, y la frente prominente contrastan con esa mandíbula excavada por la edad. Noveita y cuatro años de vida. Azorín se convierte en paradigma de los efectos que la huella del tiempo deja sobre un rostro. Es un modelo para ser pintado y estudiado recurrentemente. Ese rostro aparentemente frágil, cobra en el plano pictórico toda la fuerza que busco en un modelo. 

Son varios los retratos que conservamos de Azorín en las diferentes etapas de su vida. Entre ellos cabe destacar el del vasco Ignacio Zuloaga (Guipúzcoa, 1870 - 1945), que pinta al escritor en su madurez, de perfil ante un paisaje luminoso típico del artista. Quizás este retrato de Zuloaga sea uno de los más populares de Azorín. Siguiendo con autores del norte, encontramos también el retrato de Juan de Echevarría (Bilbao, 1875 - 1931), como el anterior, ambientado al aire libre, aunque siguiendo un canon colorista y más propio del gusto impresionista. El valenciano Joaquín Sorolla (Valencia, 1863 - 1923) ejecutó, por encargo de la Hispanic Society of America con el objetivo de difundir la imagen de los rostros ilustres de la cultura española en America, un retrato muy poco conocido sobre fondo neutro, composición de tamaño natural realizada en grises, caracterizada por una pincelada suelta y espontánea, donde se representa al escritor en su madurez. Más expresionistas y coloristas serian las obras que realizó Genaro Lahuerta (Valencia, 1919 - 1976), composiciones peculiares donde se representa al escritor siempre vinculado a los libros y a la vida literaria. Siguiendo por el litoral levantino, encontraríamos el retrato obra de Adelardo Parrilla Candela (Murcia, 1875 - 1953), un magnifico ejemplo que plasma al escritor en su juventud, cuando aún llevaba bigote, en una composición  muy del gusto académico. De este periodo de juventud recordaría también la obra de corte clásico y tradicional del andaluz Ricardo Baroja y Nessi (Huelva, 1872 - 1956).

A todos estos retratos habría que sumar bastantes dibujos, carboncillos y caricaturas publicitarias, que aun firmadas por artistas destacados de la época o posteriores, no dejarían de ser obras menores.

El mío es un Azorín austero, despojado pictóricamente de todo lo superfluo. He sacrificando cualquier elemento de distracción que pudiese apartarme de lo fundamental: la esencia del ser individuo, del escritor. Una búsqueda que siempre me obsesiona a la hora de pintar  la figura humana.

Alejandro Cabeza 
 

José Augusto Trinidad Martínez Ruiz (Monóvar, Alicante, 8 de junio de 1873 - Madrid, 2 de marzo de 1967), más conocido por su seudónimo Azorín, perteneció a la Generación del 98 y fue novelista, ensayista, crítico literario y dramaturgo.

A partir de 1905 el pensamiento y la producción literaria de Azorín se instaló en el conservadurismo. Se convirtió en colaborador del ABC, desde cuyas páginas participó activamente en la vida política. Antonio Maura y sobre todo el ministro Juan de la Cierva y Peñafiel se convierten en sus máximos valedores. Entre 1907 y 1919 fue cinco veces diputado y dos breves temporadas (en 1917 y 1919), subsecretario de Instrucción Pública. Contaba ya con una larga trayectoria en la prensa madrileña cuando se incorporó a La Vanguardia como crítico literario. Gracias al empeño del director Miquel dels Sants Oliver, Azorín publicó, en este rotativo, cerca de doscientos artículos entre 1914 y 1917.

Viajó incansablemente por España y ahondó en la lectura de los clásicos del Siglo de Oro. En 1924 fue elegido miembro de la Real Academia Española.

Cuando estalló la Guerra Civil huyó del Madrid del Frente Popular y con su esposa, Julia Guinda Urzanqui, se refugió en Francia. Terminada la contienda, pudo regresar a España gracias a la ayuda recibida del entonces ministro del Interior, Ramón Serrano Suñer, a quien años más tarde (1955) dedicó Azorín «con viva gratitud» su obra El pasado (Biblioteca Nueva, Madrid).

Autorretrato 2013

Autorretrato 2013, Pintor retratista, Alejandro Cabeza, Self Portrait, Retratos de Alejandro Cabeza, Pintores Valencianos, Pintores españoles, Autorretratos de Alejandro Cabeza, International Art Gallery, Self Portrait, Art Gallery, Oswald Birley, Portraits of Painters, Fine arts, Self-Portraits, Painter Alejandro Cabeza, Pintores Valencianos, Salomé Guadalupe Ingelmo, Joaquín Torrents Llado, Revello de Toro, Manuel Benedito Vives, Anselmo Miguel Nieto
Autorretrato / Óleo sobre tela 130 x 97 cm / Colección particular. Pintor Alejandro Cabeza 2013

Delante de un bastidor, sin paleta pero con el tiento en una mano que medio se esconde ante el lienzo, y la otra mano en la cintura, este es el autorretrato más grande que me he realizado. Un retrato en el estudio donde creo una atmósfera intima y personal. En una composición con un aire encuestre, como si subido a caballo estuviese y un equipo de equitación llevase. Pero nada más lejos que la realidad, sentado en una butaca con mis baqueros claros, un chaqueta de entre tiempo y mi gorra gris. Cuando te llegas hacer un autorretrato así te dan ganas de hacerte muchos más. Es casi una adición.

Fragmento de la entrevista 2014 “Entrevista con Alejandro Cabeza: Arte y comunicación” concedida al artista y editor Anton Psak y publicada originalmente en inglés en la siguiente Web.


-¿Qué es lo que más le gusta de ser artista?
Crear, gozar de la libertad de pintar lo que quiero y como quiero. También la oportunidad de aprender a pintar mejor con cada cuadro realizado y con el estudio del arte preexistente: el tener acceso a secretos que están al alcance de muy pocos, porque en efecto requieren un considerable esfuerzo. Además esta profesión me permite concentrarme mucho en mi principal modelo, la que más me inspira, que es mi mujer. Poder compartir con mi pareja mi profesión es algo que me satisface muy especialmente.

-¿Cuál es su mayor logro artístico hasta la fecha?
Cada año me impongo lograr nuevas metas, lo importante es no perder el entusiasmo por la profesión. Diría que mi principal logro consiste en seguir aprendiendo y pintando mucho cada día. Pero como entiendo que usted se refiere a otra cosa, imagino que entre mis mayores éxitos debería considerar el tener obras mías en varios museos, instituciones y centros públicos de España. También el contar con una numerosa obra repartida por diversos países del mundo, desde Argentina a Finlandia, tanto en colecciones privadas como en instituciones. Una de mis últimas satisfacciones, una de las mayores en realidad, ha consistido en ver colgado un retrato mío en uno de los salones de la sede principal de la Real Academia de la Lengua Española, en Madrid. Allí permanecerá pues ha pasado a formar parte de sus fondos. Se trata de un retrato de la ilustre escritora y académica de la lengua Doña Ana María Matute, fallecida en el presente año. Me conmueve especialmente pensar que esa obra está en el lugar que le corresponde: aún entre los compañeros que la quisieron y admiraron. En su momento supuso también una gran emoción ver mi libro Luz Valenciana publicado en el 2001, cuando tenía 30 años. Actualmente considero un privilegio seguir pintando a personalidades del mundo de la cultura y más concretamente de la literatura.

-¿Cuáles son sus planes para el año entrante?
Para empezar, tengo previsto realizar algunos retratos más de personajes relevantes del mundo de la cultura que irán a engrosar una ya muy extensa colección personal. Desde luego seguiré adelante con la serie de retratos de la escritora Salomé Guadalupe Ingelmo, compuesta en la actualidad por una veintena de obras pero que seguramente acabará siendo bastante más extensa. También me he comprometido a realizar el retrato del poeta que resulte ganador de la próxima edición, ya la novena, del Concurso Internacional de Literatura “Ángel Ganivet” que se convoca en Finlandia. Además una importante institución colombiana ilustrará un libro de narrativa y poesía con algunos de mis cuadros. Sobre todo, por encima de cualquier otra cosa, mis planes para el año que entra consisten en pintar con la misma pasión de la adolescencia. Trabajar constantemente y seguir descubriendo la grandeza de la pintura.


Retrato de Salomé Guadalupe Ingelmo

Salomé Guadalupe Ingelmo, Escritores españoles, Escritores de terror, Escritores de microrrelatos, Alejandro Cabeza, retratista Valenciano, escritora española,  Ángel Ganivet, Concurso Literario Internacional Ángel Ganivet, Concurso Literario Ángel Ganivet, Concurso Ángel Ganivet, Premio Ángel Ganivet, Certamen Ángel Ganivet, José Cozar, Revello de Toro, Antonio Lopez García, Eduardo Naranjo, Ricardo Sanz, Hernán Cortés Moreno
"Salomé Guadalupe Ingelmo / Escritora española"  Óleo  73 x 60  cm / Pintor Alejandro Cabeza 2013

Bajo la luz cenital, el rostro cobra vida, se viste de tonos sanguíneos. La penumbra del atuendo subraya su presencia. Pareciera emerger de las sombras para envolverse en virtud, en excelencia. Un retrato que se despliega con vastas posibilidades. Su gracia principal radica en una libertad extraordinaria. Espontáneo, preciso, desprovisto de ornamentos grandiosos. Con el perfil del rostro y la mirada aguda, busco apresar la esencia de la escritora. Hay momentos en los que todo se alinea a nuestro favor: la mujer, la postura, la composición, nuestro propio estado de ánimo... Son instancias que debemos perseguir y saber atrapar. Pues son esquivas y efímeras. Inesperadas e imperativas: a ellas debemos prestar atención por encima de todo, antes de que la magia se desvanezca.

Hablar de Salomé Guadalupe Ingelmo no es tarea sencilla. Como no lo es hablar de las personas con un talento especial, aquellas en las que se materializa el prodigio. Su intensa dedicación a la literatura hace brillar doblemente su faceta artística, en su caso, totalmente inseparable de la persona. En ella autor y ser humano se funden indisolublemente, y es precisamente esa rara cualidad la que reviste de un encanto misterioso sus obras.


Nos encontramos ante una escritora perspicaz e intuitiva, receptiva ante el mundo que la rodea y comprometida con el mismo. Nos encontramos ante una autora que se implica y se vierte –por principio, por convicción de cuanto ha de ser lo literario– en el texto, también, cuando aborda argumentos más íntimos y desnuda sus experiencias personales. Poniendo al descubierto, incluso, su herida más profunda. Sin rastro de exhibicionismo o efectismo, simplemente con sencillez y honestidad: con el único fin de hacer la literatura más vívida y ponerla al servicio del público; de compartir sus experiencias con el lector y de empatizar con éste, siempre especialmente con el que por sus circunstancias más sufre y más apoyo necesita. Por eso su obra logra ese clima de intimidad inusual, esa conexión sobrecogedora con el lector, que fácilmente se identifica con el texto. Sus obras emocionan sencillamente porque la emoción que ella vierte en las mismas es real: no hay trampa ni cartón.


En Salomé se materializa la afirmación de Pio Baroja “Cada hombre se representa el mundo y la forma en que interviene en su representación”. Porque ella, que considera la palabra una poderosa arma, desde y con su obra, interviene siempre. Interviene creando literatura de calidad: literatura seria y profunda que nos insta a nutrir inquietudes, a reflexionar para crecer y ser más libres.
El microrrelato, el relato, la novela, el ensayo, la dramaturgia y la poesía cobran cuerpo en esta magnifica y polifacética escritora llena de recursos y artífice de un universo totalmente personal y fascinante. Salomé, partiendo de lo racional y cotidiano, incluso de lo vulgar y sórdido, nos restituye la magia. Y con ella, las alas perdidas: nos aligera el peso diario, nos devuelve al aire, nos catapulta hacia el cielo en busca de las expectativas que todos merecemos y que deberíamos poder alcanzar.

Sus obras, que nunca pretender responder a cánones impuestos ni conquistar con artimañas el favor del público, se caracterizan por estar trufadas de conflictos e incógnitas. A veces, incluso de sufrimiento. Sin embargo su visión se revela optimista, porque cree en el poder del deseo y la voluntad; en la capacidad el ser humano de reconducir su vida. La originalidad de su concepción creadora hace que de sus dedos broten textos directos y entregados, que nos invitan a ser leídos uno tras otro. Y ello porque, mientras leemos, sentimos que se nos empujan a ser mejores, más tolerantes; a buscar una perspectiva de justicia y humanidad muchas veces olvida.


El escritor ha de arriesgarse. Para hallar hay que buscar. Hay que ponerse permanentemente en discusión: destruirse para volverse a construir. La literatura no puede limitarse exclusivamente a las formas, por bellas que sean éstas. Ha de tener un mensaje que necesite comunicar, un mensaje que el autor sienta como realmente suyo. Sólo entonces en el interior de la obra brillará esa llama sagrada que la convertirá en algo totalmente original, especial y mágico. Si no hay sinceridad no puede haber verdadera emoción ni comunión de sentimientos con el público lector. La obra de Salomé, siempre en el polo opuesto a la mera retórica, nos enseña esto y más, nos brinda la experiencia de la literatura más útil y generosa. Como ella misma reconoce, “La pintura y la naturaleza dejan una profunda huella en sus obras, tanto en prosa como en poesía. Desconfía de las clasificaciones y huye de las categorías, pero si le pudiese satisfacer alguna, se definiría como una autora honesta y comprometida. Siempre, ante todo, como un ser humano.”

Libros de Salomé

Pintores Valencianos, Pintores Españoles, Retratista Español, Retratistas Valencianos, Maestros Españoles, Retratos Reales, impresionismo Valenciano