Retrato de Gabriel / Óleo sobre tela 46 x 38 cm / Pintor Alejandro Cabeza 2017 Colección Particular
El asunto es bien sencillo: el retrato de un chico con camisa blanca entreabierta que nos observa sorprendido, capturado en un momento imprevisto. Movimiento y soltura en una ejecución fugaz, recreando hábilmente una representación que prescinde de excesivos detalles o insistencias, sin colorines o intenciones desnaturalizadas, sin distracciones superfluas: directa, pura a primer golpe de vista. Un retrato familiar, desenfadado, fruto de un sentimiento. En una atmósfera indefinida, pardos y tierras. La pintura nos ofrece juventud e inocencia; esa inquietud propia de la edad. Estos componentes resumen el retrato de Gabriel, ejecutado en un óleo sobre tela de 46 x 38 cm. Colección personal
Alejandro Cabeza, 2017.
En el siglo XIX, los artistas
españoles desarrollaron una gran tradición retratística, que se caracterizó por
su realismo y por la capacidad de captar la psicología y la personalidad de los
retratados. Esta tradición fue influenciada por la pintura europea y
especialmente por la escuela francesa, que se caracterizó por su refinamiento y
elegancia.
En España, muchos artistas
retrataron a la aristocracia y la alta burguesía, lo que les permitió mostrar
su habilidad para captar los rasgos distintivos de cada individuo, y para
reflejar el estatus social y económico de sus clientes. Los retratos de
Francisco de Goya son especialmente destacables, ya que el artista español fue
capaz de mostrar la personalidad y el carácter de sus retratados de una manera
muy realista y penetrante.
Otros artistas españoles
importantes en este género son Federico de Madrazo, Joaquín Sorolla, Ignacio
Zuloaga, Raimundo de Madrazo, entre otros. Sus retratos se caracterizaron por
su habilidad para reflejar la luz y la sombra, y por su uso de colores vivos y
ricos en matices. Estos artistas también fueron capaces de mostrar la evolución
de la moda y de las costumbres sociales de la época, a través de sus retratos.