"Autorretrato con Chaleco 2000" / Óleo sobre tela 61 x46 cm / Colección particular
La pintura, desde que algunos seres cogieron tierra coloreada para dibujar sobre unas rocas, ha recorrido un largo camino hasta nuestros días. Y nosotros, en nuestro lógico empeño de realizar, clasificar e historiar, hemos arrojado sobre ella demasiadas cargas. Pintura social, burguesa, popular, revolucionaria, minoritaria, pintura barroca… Ya que estos adjetivos se refieren a cosas que le ocurren en nuestro mundo, que parecen desviarla de su verdadera naturaleza.
La pintura, parece surgir desde el asombro y la conmoción que la naturaleza y el mundo produce en nosotros. No representando, copiando o imitando la realidad, sino siendo, ella misma, otra realidad. Y debe de ir cumpliéndose en nosotros, en nosotros mismos, sin estas cargas tan pesadas que suceden fuera de ese primer “acto único”, carnal y humano que brota en soledad y silencio.
Cuando conocí a Alejandro disertábamos sobre asuntos pictóricos y él manifestaba, no sin un leve gesto de dolor, su incomprensión ante el empeño de muchos pintores contemporáneos por ser originales, modernos y diferentes, cuando a él mirar la realidad y tratar de pintarla como la percibe y la siente, ya le supone un gran esfuerzo que ocupa todo su tiempo. Claro que los historiadores, los críticos y los estetas, parecen sólo atender a esa función de la pintura en su contacto con nuestro mundo. Pero Alejandro, con este sentimiento tan primero, tan, sencillo, tan claro, la va cumpliendo poco a poco, sin prisas, sin desviarse de su esencia.
De hecho, cuando estuve por primera vez ante sus obras, yo no le conocía y, sin dejarme engañar por la fisonomía que primero percibimos ante una obra, descubrí debajo un sentimiento de pintor verdadero. Un pintor que no busca un tema, una técnica o algún invento nuevo que conquiste al mundo, sino a un pintor que mira la realidad tratando de comprender lo que ve y fundirlo con su sentimiento, ignorando las palabras, fiándose sobre todo de... su mirada.
Antonio Vera Mahedero, Moncada, 2003 (Pintor)