Pintor Alejandro Cabeza 2001
Francisco Serra Andrés (1924-2002). Retrato dedicado a mi amigo, el escultor valenciano Paco Serra, con quien compartí una gran amistad. Buena persona y mejor amigo, querido por todos, supo entender el movimiento artístico de aquella época, a los pintores y sus controversias. Gran conversador, tuve la suerte de aprender de algunos de sus consejos sobre el mundo artístico.
De porte elegante, alto y siempre erguido, hacia acto de presencia, como un tempestivo hidalgo, siempre cuando más se le necesitaba, en el momento álgido de la contienda. Recuerdo que su presencia apaciguaba los ánimos y relajaba los ambientes más tensos. A diferencia de la mayoría, intervenía no para echar más leña al fuego como solían hacer el resto, sino, por el contrario, para, con su actitud conciliadora ‒una de sus muchas cualidades, quizá la predominante‒, limar asperezas. La experiencia, la edad y sobre todo su actitud frente a la vida hacían que le restase importancia a las disputas sin sentido. Poseía esa virtud de la que carecían prácticamente todos. Por eso, a partir de su desaparición todo se fue desmoronando. Los tontos, los soberbios y los mentirosos, buscado sus gallinas de los huevos de oro, se apoderaron del escenario. Hoy, tristemente, sólo quedan las gallinas desperdigadas: sin huevos, sin oro y sin corral.
Un retrato suelto sin mayores pretensiones, en el que busco el claroscuro. Despojándolo de sus gafas tan características, capturo esa forma de mirar de reojo tan peculiar de Paco.
En cuanto a su labor como escultor, retomo un fragmento de las palabras que le dedica Francisco Agramunt en Artistas valencianos del siglo XX (p. 86): "La producción escultórica de Francisco Serra Andrés constituye una personal, antitética y marginal apuesta de cuño clasicista poco frecuente en el actual mercado de modas y estilasen la que se encuentra inmensa la plástica de principios XX. El escepticismo cultural, la manipulación de los productos culturales, la crisis de ideologías, el aburrimiento existencial y las falsas aporías, han contribuido a que los artistas honrados y honestos como el, entregados totalmente al trabajo creador se hayan convertido en paradigmas de resistencia y referentes lúcidos que hay que tener en cuenta".
"Se te echa de menos, Paco. Tanto en lo artístico como en lo humano."