Retrato de Elena Martin Vivaldi / Óleo sobre tela 46 x 38 cm /
Colección de la Universidad de Granada / Alejandro Cabeza 2015
La filosofía (del griego φιλοσοφία), definida etimológicamente, consiste en el amor hacia la Sabiduría. (Σοφία), una habilidad que se desarrolla con la aplicación de la inteligencia a la experiencia y que los griegos clásicos personificaron en la figura de una mujer, de la cual realizaron diversas alegorías. Cuando la sabiduría y la moral se interrelacionan, dan como resultado el buen juicio.
Filosofía es la búsqueda de la verdad como medida de lo que el hombre debe hacer y como norma para su conducta. Sócrates
El hombre que no tiene ningún barniz de filosofía va por la vida prisionero de los prejuicios que derivan del sentido común, de las creencias habituales en su tiempo y en su país, de las que se han desarrollado en su espíritu sin la cooperación ni el consentimiento deliberado de la razón. (...). La filosofía debe ser estudiada, no por las respuestas concretas a los problemas que plantea, puesto que, por lo general, ninguna respuesta precisa puede ser conocida como verdadera, sino más bien por el valor de los problemas mismos; porque estos problemas amplían nuestra concepción de lo posible, enriquecen nuestra imaginación intelectual y disminuyen la seguridad dogmática que cierra el espíritu a la investigación; pero, ante todo, porque ante la grandeza del universo que la filosofía contempla, el espíritu se hace a su vez grande, y llega a ser capaz de la unión con el universo que constituye su supremo bien. Bertrand Russell
Balance
He viajado, me he cansado y escrito poco
pero pensé mucho en el regreso, cuarenta años.
El hombre en todas las edades es un niño:
la ternura y la brutalidad de la cuna;
a lo demás le pone límite la mar, como a la orilla,
a nuestro abrazo y al eco de nuestra voz.
He viajado, me he cansado y escrito poco
pero pensé mucho en el regreso, cuarenta años.
El hombre en todas las edades es un niño:
la ternura y la brutalidad de la cuna;
a lo demás le pone límite la mar, como a la orilla,
a nuestro abrazo y al eco de nuestra voz.
en Poesía completa, Giorgos Seferis