"Retrato de viejo" Óleo sobre tela 46 x 38 cm / 2005 colección Paricular
Recuerdos de una vieja gloria
No resiste la tentación de acercarse a ese vagabundo tan atípico que, en lugar de aferrarse a un vulgar tetrabrik, acaricia tiernamente una botella de Rioja.
Se dice que ese hombre debió de gozar de una vida acomodada y gustos exquisitos antaño. Lamentablemente, ya no es extraño en¬contrar antiguos profesionales de prestigio viviendo en las calles. -¿En qué trabajaba usted antes de caer en desgracia? -Era vinatero. Yo fui el mejor -dice con orgullo, sacando una corona de laurel de debajo de la raida gabardina.
-No resistió la competencia de las grandes multinacionales, ¿verdad?
-Nunca me lo había planteado asi, pero es otra forma de verlo. Dos mil años llevo dando tumbos, privado de oficio. ¿Cómo competir con alguien que es capaz de convertir el agua en vino? -pregunta melan¬cólico el viejo Baco, que sin esperar siquiera una respuesta del atóni¬to interlocutor, busca consuelo y olvido en la preciada botella.
Salomé Guadalupe Ingelmo, Primer Certamen internacional de literatura Hiperbrebe "El rioja y los cinco sentidos"