Los escasos registros fotográficos surgidos en los inicios de la fotografía me han servido para analizar las problemáticas más frecuentes al retratar, deteniéndome en las particularidades de sus figuras. Se trata de personajes singulares, con rostros distintivos que encapsulan y representan toda una época. En ellos se perciben pequeños gestos, muecas y miradas de desconcierto al colocarse delante de un invento aún poco comprendido: las primeras cámaras. Estos dispositivos extraños capturaban expresiones de desconfianza, pero al mismo tiempo conferían autenticidad y veracidad a cada retrato.
Como en la mayoría de los casos, en estos retratos me interesa profundamente crear atmósferas que trasciendan la fotografía, centrándome en sus rostros pertenecientes al pasado, para alcanzar un realismo más representativo con un acercamiento mas vital.