Retrato de Luis de Hoyos Sainz / Colección Real Academia de Ciencias de Madrid
Óleo sobre tela de 92 x 65 cm / Pintor Alejandro Cabeza / 2016
D. Luis de Hoyos Sáinz, científico multidisciplinar y autor de obras de referencia en el campo de la etnología y el folklore, formó a numerosos antropólogos y fue responsable de la introducción de novedosos métodos científicos hasta entonces desconocidos en España.
Culminó sus estudios de Ciencias Naturales en la Universidad Central de Madrid, licenciándose el 27 de junio de 1890. Entonces comenzó a estudiar Derecho, carrera cuya licenciatura alcanzó en1893.
Había mostrado una marcada inclinación hacia la geología y paleontología, pero su mentor más destacado fue Manuel Antón y Ferrándiz, catedrático de Antropología. Esa relación marcaría su futuro, pues gracias a Antón, de quien sería ayudante de la Cátedra entre 1892 y 1895, y en compañía de Telesforo Aranzadi, participó en la organización de la Exposición de Filipinas, celebrada en Madrid en 1887, en la sección de antropología del museo de Historia Natural.
Su relación con las vanguardias científicas europeas comienza cuando, gracias a una beca de la diputación Provincial de Madrid, estudia antropología en Francia, Alemania e Italia entre 1891 y 1893.
Se doctoró en Ciencias Naturales en 1895 con una tesis dirigida por Antón sobre “cráneos deformados del Perú”, con la que pretendía determinar la clasificación de ramas étnicas andinas. Continuaría trabajando después, con la colaboración de Gregorio Marañón, en la antropología física con un nuevo método de investigación, convirtiéndose en el primer investigador español en estudiar los grupos sanguíneos como fuente para fijar los orígenes de los grupos raciales peninsulares.
En 1906 fue comisionado por el gobierno para estudiar los yacimientos prehistóricos de Cantabria. Así tuvo un papel destacado a la hora de demostrar la autenticidad de las pinturas de Altamira.
En 1921, con el fin de dar a conocer el trabajo de los antropólogos españoles y promover conferencias y cursos, puso en marcha la Sociedad Española de Antropología, Etnografía y Prehistoria, de la que fue secretario hasta 1926 y presidente hasta 1928.
En 1925, con la experiencia adquirida en la preparación de la Exposición sobre Filipinas (1887), la Iberoamericana de 1892 y la instalación del Museo Nacional de Antropología (1910), y tras haber viajado por toda Europa para estudiar la museología moderna, fue nombrado director técnico de la Exposición del Traje Regional, germen del actual Museo del Traje.
En 1933 fue elegido académico de número de la Real Academia de Ciencias Exactas. Pudo haber entrado en la Real Academia de Medicina en 1925, pero a pesar del padrinazgo de Marañón y Ramón y Cajal, su propuesta fue rechazada. Perteneció también a la Real Sociedad Española de Historia Natural, la Real Sociedad Geográfica y la Asociación Española para el Progreso de las Ciencias.
Trabajador incansable y amante de su disciplina, incluso en sus años finales, cuando la ceguera avanzaba, publicó, en colaboración con su hija Nieves, también etnóloga, otro de sus libros mas importantes: “Manual de Folklore. La vida popular tradicional” (1947).
A lo largo de toda su vida publicó libros sobre varias disciplinas, pero quizá quepa destacar su obra conjunta con Aranzadi “Lecciones de Antropología” (1889-1900). Se trata de un manual universitario dividido en cuatro volúmenes, una obra sin precedentes en la Antropología española con la que según Julio Caro Baroja: “crearon los fundamentos de una nueva disciplina en España”.